Sinopsis

Una fiesta para Boris/ Thomas Bernhard

“Una fiesta para Boris” es una obra de teatro en tres actos: dos prólogos y la parte principal, “la fiesta”. No sucede mucho en cada uno de los actos. Como escenografía, una habitación vacía de la casa de la saludable Señora La Buena.

La Buena es el carácter principal de la obra. Ha perdido su marido y sus piernas en un accidente de coche. Ahora, La Buena, sentada en su silla de ruedas, se dedica a dar órdenes a Johanna, su ama de casa.  La  humilla constantemente y abusa de ella verbalmente: “tu falta de consideración / tu personalidad anormal/…”

Hacia el final del primer prólogo La Buena se prueba unos guantes de distintos colores: rojos, verdes, amarillos, negros y blancos así como unos grandes sombreros de los mismos colores. Johanna le ayuda y asiste. La Buena desarrolla un largo monólogo mientras se prueba los guantes y los sombreros. Se compadece de ella misma y de su condición (sin piernas).

El segundo prólogo tiene lugar después de un baile de máscaras en el que La Buena ha atendido disfrazada de reina y Johanna de cerdo. Cuando La Buena se da cuenta que Johanna se ha quitado  su máscara le obliga a ponérsela de nuevo. Mientras La Buena comenta el baile, menciona a Boris. Boris, también amputado de las dos piernas, es el nuevo marido que ha elegido La Buena recientemente entre los tullidos del asilo para no seguir viviendo sola. Boris no le habla y en cambio pregunta continuamente por Johanna. La Buena: “la llama a usted/no a mí/ a usted/ la llama a usted/…”

Este prólogo es impresionante. Esta atmósfera abrumadora está reforzada por el hecho de que La Buena ha dejado a su marido chillando en la habitación contigua durante un rato: “No debe sacarlo/ antes de que le dé permiso para hacerlo/ espere/ escuche/…”

Al final del segundo prólogo La Buena, de repente, le pega un grito a Johanna y le ordena que se quite la máscara de cerdo: “quítese la máscara/ quítese la máscara”

La fiesta de cumpleaños de Boris es la parte principal de la obra. Todos los tullidos del asilo están invitados. Ninguno tiene piernas e incluso Johanna tiene que esconder la suyas durante toda la fiesta. Los tullidos hablan sobre sus pesadillas y se ríen de ellos mismos. El ambiente se ensombrece cuando los amputados hacen referencia a sus camas (“cajas”), las cuales son demasiado cortas.

Amputado mayor: “hay muchos métodos/ para hacerse soportable/la vida en el cajón/Karl Ernst se duerme a menudo de pie…”

La Buena promete luchar con el director del asilo para conseguir camas más largas. Pero las camas son sólo el principio de una serie de quejas. Los tullidos también se quejan del pobre, incluso miserable trato que reciben de los doctores y los enfermeros, sobre la terrible comida y las espantosas condiciones del asilo.

Boris enciende la atmósfera con unos crecientes, fuertes y cada vez más rápidos golpes de tambor, un tambor que los tullidos le han regalado para su cumpleaños.

Los invitados hablan sobre sus métodos para hacer sus vidas más soportables en el asilo. Cuando todo el mundo está cansado y da las gracias a la patrona por la comida, Johanna descubre algo sorprendente...

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